Basura Geste

Pese a pagar la novatada y sentirme un tanto imbécil, decidí darle una segunda oportunidad a esto de ser comercial. Fue ante todo una decisión práctica, pues la mayoría de las ofertas de los periódicos eran de comercial. En esa ocasión tuve un poco más de suerte. Cambié el vertedero por una carnicería. Me explico: este nuevo trabajo tenía un buen salario, un excelente horario y la oficina estaba en el puro centro de Barcelona, a escasos 15 minutos de mi casa. Se había acabado eso de llegar a casa con los pies llenos de ampollas de tanto caminar, preocupado ante la perspectiva de pasar el día siguiente cojeando durante horas y agrandándome las ampollas; en el nuevo trabajo pasaba las ocho horas sentadito comodamente en mi mini-despacho. ¿Cual era la letra pequeña? La rotación.
Creo que pocas empresas en esta ciudad reemplazan al personal con la rapidez con la que lo hacen en esta. Para que os hagáis una idea os diré que en Septiembre entramos unas 25 personas de las cuales solo quedamos 2 a día de hoy. Sí. Aunque parezca mentira sigo allí por las razones que enumeré antes: buen salario, buen horario... En los siete meses que llevo allí he visto como contrataban y luego defenestraban a más de 100 personas. Una vez más me abstendré de dar detalles. Solo os diré que nuestro producto es caro y difícil de vender, así que el que no vende dura menos en la empresa que un caramelo en la puerta de un colegio. Lógico.
Mi situación me recuerda a menudo a la película Beau Geste, a la escena en la que John (Ray Milland) y su hermano Beau (Gary Cooper) están defendiendo el fuerte de la legión extranjera contra los ataques de los moros. El numero de atacantes excede en mucho al de los defensores. Después de cada oleada, John y Beau se buscan con la mirada, temerosos de que el otro no haya sobrevivido. Al final, tras una de las ofensivas, John echa un vistazo hacía el parapeto donde está Beau y descubre horrorizado que a su hermano le ha alcanzado una bala enemiga y llace muerto en el suelo.
Había un compañero en la empresa con el cual hice muy buenas migas, mi Beau particular. Al igual que Beau, el también aguantó muchas oleadas; pero al final cayó, como el resto de compañeros. La diferencia entre la película y este trabajo es que en la ficción llegaban refuerzos y ahuyentaban a los moros. Aquí llegan refuerzos continuamente, pero la batalla continua y en cualquier le puede alcanzar a uno una bala. Y aún así, duermo tranquilo. Tengo claro que no voy a pasarme la vida en la legión extranjera.
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Gracie Lou -